La educación, no depende de los meses o de los años que tenga el niño -a, porque en realidad no es para niños, es para adultos.
Somos nosotros los que tenemos que aprender a comunicarnos con ellos.
Somos nosotros los que necesitamos usar nuestro cerebro completamente maduro para pensar en soluciones para apoyar a estos pequeños seres humanos con un cerebro que aún no está maduro.
Cuando los adultos aprendemos que los niños no son una extensión de nosotros, aprendemos a no pasar por alto sus sentimientos y necesidades.
El método para enseñar es hacerlo todo divertido.
La educación comienza con nosotros siempre.
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